23 de noviembre de 2010

Dimensión Educativa


"Poner dinero en el banco es, en algunos casos, más rentable que estudiar"
Intervención de un estudiante en el foro de "Educación y Competitividad"


En relieve esta frase, porque, al parecer, se fraguó en la mente de muchos la idea de educarse, con fin último, tener un puesto de trabajo o, en lo esencial, recibir dinero. Entonces podríamos decir: existen universidades sin fines de lucro pero universitarios con fines de lucro.

En un gran panel, se mostraba un esquema de profesiones, en relación a los salarios que recibían en promedio, este establecía jerarquías de poder adquisitivo, y de cierta manera, prestigio. La realidad marcaba a la docencia en el último puesto.

Es que, tal vez, nos encontramos en una época en la que no tengamos la oportunidad de decidir libremente nuestro oficio, es decir, por vocación, sino influenciados por el régimen de la oferta y demanda laboral, e inclinarnos por la especialización más lucrativa. Y en medio de esas realidades, emergen propuestas reconociendo la problemática vocación-lucro, en relación a la misión pedagógica y convertirla más efectiva. En esta propuesta, abrir el camino para que profesionales sean llamadas a dictar clases (a nivel escolar), es efectivo y mencionar ‘que la competencia es positiva, no debemos limitar el acceso de otros profesionales para fortalecer el monopolio de los pedagogos’ [sic]. 

Considerar esta propuesta es, precisamente lo contrario, no ser efectivos, porque no se ve a tiempo las habilidades y potencialidades que las personas poseen, para que puedan ponerlo a disposición de la comunidad.

Educarnos para, solamente, ser competitivos o dicho de otra forma, productivos, nos recorta y resta oportunidades para el desarrollo de virtudes y limitarnos el horizonte de una vida libre, plena, total Finalmente, podríamos mencionar, que una educación integral para la vida, repercutirá, en la productividad. 

Diego Morales
Estudiante de Ingeniería Sanitaria - UNI
Miembro de Proyecto Coherencia


2 comentarios:

  1. Diego:

    Comparto la idea que educar para ser unicamente competitivos, entendido como "producir más", es limitante y hasta contraproducente con el sentido del desarrollo del ser humano. Sin embargo, que una persona se eduque sin el "fin último de lucrar", no implica que esta tenga "ánimos de perder". En este sentido, si uno invierte tiempo y dinero en esto debe, al menos, poder recibir más en capacidades que pueda poner en práctica. Por ejemplo, es flagrante el caso de algunas seudoinstituciones educativas que no le brindan a sus estudiantes las herramientas mínimas para que ejerzan su profesión de manera íntegra.

    Por otro lado, educarse con ánimos de lucrar no creo que sea excluyente del fin educativo. En el sentido literal de la palabra, lucrar significa conseguir lo que se desea. Si uno escoge una profesión por vocación o necesidad debe poder disfrutarla y vivir de ella al mismo tiempo.

    Por último, también me parece una opción válida preguntarse cuál es la opción más rentable para mi. Si un chico que termine secundaria, último nivel obligatorio de estudios en el país, piensa que podrá vivir mejor invirtiendo su dinero en un deposito a plazos que estudiando una carrera es una decisión igual de respetable que proseguir estudios técnicos o universitarios.

    Creo que el mensaje de fondo es que cada persona debe ser libre para escoger la opción que le parezca adecuada, pero si opta por continuar su educación superior esta debe convertirse en una inversión, no en un costo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por el comentario Pepe, creo que la única forma de avanzar es, escribir algo, recibir las observaciones, retomar los fundamentos, y volver a comenzar. Gracias también por apuntar las confluencias.

    No estoy en contra de la educación para el trabajo, me sensibiliza el hecho que la única desembocadura de la educación, para muchas personas es recibir lucro o rédito, use aquel término, tratando de ubicar la prioridad que se da al tema financiero y monetario.

    Algo que no debemos olvidar es el carácter integral de la educación. Porque nos educamos como ciudadanos, como profesionales, como trabajadores, como hermanos. Esa era también la intención del título, 'dimensión educativa'.

    <<...De ahí que la educación deba despertar en cada persona la sensibilidad, honestidad, solidaridad, responsabilidad y creatividad, con el fin de que pueda desarrollarlas para la libertad propia y de los demás...>> *

    ResponderEliminar