El crecimiento macroeconómico ha sido el proceso más resaltado por diversos grupos empresariales, académicos y políticos de nuestro país, y su continuidad se encuentra muy vinculada a los resultados que, principalmente, los sectores agroexportadores, energéticos y mineros puedan ofrecer. Si bien nuestras expectativas de crecimiento son optimistas, pareciese no existir en nuestro país una visión de desarrollo que garantice mejoras en la calidad de vida de todos los peruanos.
Para que el crecimiento no sea una simple ola y se traduzca en desarrollo es necesario contar con bases que otorguen sostenibilidad al primero. La educación resulta aquí fundamental. Justamente hace no mucho tiempo, Michael Porter, en una de sus visitas a Lima, señaló, entre muchas otras cosas, algo que ya todos sabían: Una de las dificultades que el Perú tendrá en materia de competitividad será la pésima educación.
El Perú invierte alrededor del 3% del PBI en educación, una cantidad menor al promedio latinoamericano, lo que explica en cierta forma los resultados desastrosos de nuestros escolares en las pruebas PISA, el reducido número de investigadores y doctores, así como la cantidad de patentes registradas.
Algunas iniciativas intentan generar impacto: la carrera magisterial pública para maestros de educación básica, la compra de laptops para escolares y el incremento de sueldos a los docentes universitarios (aún incompleta, según la homologación docente). Sin embargo, se percibe inconsecuente al actual gobierno cuando éste mantiene una relación distante con los profesores de primaria y secundaria, cuando el Ministerio de Economía tiene poca disposición a cumplir con los incrementos a los catedráticos o cuando no muy pocos congresistas convierten la educación universitaria en casi un negocio de comida rápida: sedes a nivel nacional y un título universitario de regalo por vuestra compra.
Las reformas educativas, bajo un enfoque sistémico, suponen un diseño articulado de medidas que ataquen las causas subyacentes de nuestra problemática como país. Parte de esta problemática es el recurso humano. Además de la inversión en infraestructura, ¿nos estamos preocupando por preparar docentes idóneos para nuestros niños y jóvenes? ¿Cómo formamos a los formadores? Aquí entra otro actor decisivo: La Universidad.
La Universidad es el ente que conecta el mundo académico con el mundo profesional. Si queremos docentes de calidad requerimos universidades de calidad; si queremos profesionales de calidad sólo universidades de calidad podrán formarlos; si queremos desarrollar tecnología o resolver problemas locales, la universidad resulta ser un gran centro de ideas innovadoras. En consecuencia, demos apuntar a un modelo Universidad-Empresa-Sociedad.
El Plan Nacional de Educación pretende revertir la situación en la cual nos encontramos, ¿los políticos, empresarios y la sociedad civil están realmente alineados a este plan? ¿Realmente estamos monitoreando su implementación o lo estamos convirtiendo en un poemario de buenas intenciones? Queda en nosotros participar en la creación de dinámicas que sincronicen el tan voceado crecimiento con el tan ausente desarrollo.
El Perú invierte alrededor del 3% del PBI en educación, una cantidad menor al promedio latinoamericano, lo que explica en cierta forma los resultados desastrosos de nuestros escolares en las pruebas PISA, el reducido número de investigadores y doctores, así como la cantidad de patentes registradas.
Algunas iniciativas intentan generar impacto: la carrera magisterial pública para maestros de educación básica, la compra de laptops para escolares y el incremento de sueldos a los docentes universitarios (aún incompleta, según la homologación docente). Sin embargo, se percibe inconsecuente al actual gobierno cuando éste mantiene una relación distante con los profesores de primaria y secundaria, cuando el Ministerio de Economía tiene poca disposición a cumplir con los incrementos a los catedráticos o cuando no muy pocos congresistas convierten la educación universitaria en casi un negocio de comida rápida: sedes a nivel nacional y un título universitario de regalo por vuestra compra.
Las reformas educativas, bajo un enfoque sistémico, suponen un diseño articulado de medidas que ataquen las causas subyacentes de nuestra problemática como país. Parte de esta problemática es el recurso humano. Además de la inversión en infraestructura, ¿nos estamos preocupando por preparar docentes idóneos para nuestros niños y jóvenes? ¿Cómo formamos a los formadores? Aquí entra otro actor decisivo: La Universidad.
La Universidad es el ente que conecta el mundo académico con el mundo profesional. Si queremos docentes de calidad requerimos universidades de calidad; si queremos profesionales de calidad sólo universidades de calidad podrán formarlos; si queremos desarrollar tecnología o resolver problemas locales, la universidad resulta ser un gran centro de ideas innovadoras. En consecuencia, demos apuntar a un modelo Universidad-Empresa-Sociedad.
El Plan Nacional de Educación pretende revertir la situación en la cual nos encontramos, ¿los políticos, empresarios y la sociedad civil están realmente alineados a este plan? ¿Realmente estamos monitoreando su implementación o lo estamos convirtiendo en un poemario de buenas intenciones? Queda en nosotros participar en la creación de dinámicas que sincronicen el tan voceado crecimiento con el tan ausente desarrollo.
Eduardo Ruiz
Bachiller de Ingeniería de Sistemas
Universidad Nacional de Ingeniería
Excelentes aportes Eduardo.
ResponderEliminarCoincido plenamente contigo, el país económicamente viene creciendo de manera estable sin embargo si queremos mantenernos en esa estabilidad o crecer un poco más necesitamos de emprendedores, de profesionales competitivos que respondan a necesidades futuras para que nuestro crecimiento sea adecuado.
Por ello, la principal inversión del país es la educación, hacer énfasis en la primera infancia y en las universidades es un hecho; debemos preparnos para las exigencias de la postmodernidad, necesitamos mayores investigaciones, universidades competitivas de nivel... creo que como bien señalas el modelo es universidad-empresa-sociedad y ustedes los jóvenes de las universidad del país juegan un rol fundamental para impulsar esto que parece "chino" a muchos políticos tradicionales... nosostros como grupo político nuevo también seguimos trabajando en el tema...